Capitulo LII ~ Mato a mi hermana

Estuvimos volando bastante rato, no se cuanto porque no llevaba reloj pero te puedo asegurar que mucho. Mire hacia atrás viendo a Alex roncando abrazada a Jalia para no caerse mientras ella miraba una nota, la nota de Dylan, supongo que un poco si que lo echaba de menos. O a sus amigos. Ibally en cambio estaba pegando empujones a Garred que ni la miraba. Ah saber que les pasaba.

-Lexi, me aburro...-Dije poniendo voz de niño pequeño abrazándola aun mas porque no paraba de resbalarme.
-Y yo, pero no te pegues tanto-Dijo molesta apartándome
-Esta bien.-Dije molesto ya, que manía con apartarme si no era un pervertido.

-"Hay abajo hay un valle podríamos parar a descansar, lo necesitamos, y tus amigos también"
-"Esta bien, puede buscar un sitio donde haya agua? Seria mejor para todos"-Le pedí amablemente
Y el grazno en señal de aprobación
 -¡Lo has vuelto hacer Jace! ¡Has vuelto hablar con el Grifo!
-¿Y?
Pues que quiero que me enseñes-Se cruzo de brazos mirándome por encima de su hombro
-Con eso se nace Rapunzel-Sonreí mirando las nubes a nuestro alrededor mientras bajábamos.

El Grifo nos llevo a un valle, plano con un riachuelo pasando por en medio habían algunos arboles y unas casas no demasiado lejos. Esperábamos que hubiera alguien para dejarnos beber aunque fuera y descansar.
 Cuando todos se bajaron, Garred hizo una cosa que me sorprendió cogió a Ibally y la beso.
-Me gustas-Y se fue caminando tan tranquilo, dejando a la ninfa con la boca abierta y sin saber que hacer. Creo que le acababa de pasar su tontitis.
Todos nos quedamos callados ya caminando. El Grifo se puso a dos patas graznando demasiado fuerte.
-Shh..-Le acaricie el pico suavemente-Esta bien, volveremos pronto.
El grazno por ultima vez antes de tumbarse bajo un árbol descansando con los pegasos.
Fuimos caminando entrando en casas.
Yo tomare el mando ahora-Dijo Jalia-Lexi vas con Ibally. Yo voy con Garred Alex vas con Jace.
Todos asentimos algunos de mala gana. No diré quien. Pero empieza por L Y G.

Espere a Alex que vino algo mareada.
-Hola Jace.
-Hola, preparada?
-Si, vamos allá.
Entramos en una de las cuatro casas, aunque una de ellas era un establo.
-Haber yo miro la planta de abajo, tu la de arriba.-Me dijo sonriendo
-Esta bien, si pasa algo. Corre-Dije lo ultimo susurrando. Como en las pelis de terror.
-Y tu?
-Yo me se cuidar
-No me iré.-Me saco la lengua y se fue a investigar

Ella entro en una habitación que tenia pinta de ser un cuarto de estar. Mientras yo subía las escaleras las cuales chirriaban bajo mis pies Cuando llegue arriba me dirigí directamente a la puerta del final, donde nada mas abrí un perro del infierno encadenado me gruño, yo cerré la puerta de golpe alejándome mientras desenvainaba la espada.
-¡¡Jace!! ¡¿Estas bien?!
-¡Si!
-¡Genial, pues baja aquí que no te vas a creer que encontré!-Baje corriendo.
Que narices hacia un perro del infierno, pequeño en una casa así
? En una casa vieja, que parecía prácticamente abandonada?
Ella salio al pasillo sonriendo.
-En la nevera hay de todo-Dijo como una niña-Y buah, hay hasta un cubo gigante para que lo llenemos de agua y los pegasos y tu amigo puedan beber.
-Eso gastara mucho esfuerzo. Pueden beber del rió.
-Esta bien, aunque en realidad te llame porque oí gruñidos cuando estabas arriba. Estaba preocupada.
-Un cachorro de Perro del infierno. Como cerbero, pero en enano.-Me recorrió un escalofrió
-Vale, no subiremos arriba. Apuntado-Dijo riendo metiéndose en otra habitación.

Me metí en una habitación que, por lo que pude observar era la cocina. El cuarto tenia las paredes de madera como el suelo. Los muebles llenos de polvo, y sucios. Habían los típicos electrodomésticos y una mesa de madera para cuatro personas. Aquí vivía una familia.
Me puse a mirar por los cajones haber si encontraba algo que Alex se hubiera pasado. Entonces oi como la puerta se habría lentamente chirriando
-¿Ya terminaste Alex?
No hubo respuesta
-¿Alex?-Me gire viendo que no era Alex. Era Jane.
-¡Jane! Estas...estas viva!-Grite entusiasmado con lagrimas en los ojos acercándome, pero blandió su espada a la altura de mi cara-Que...que estas haciendo? Soy yo, tu hermano. Jace, recuerdas?
No me contesto.
-Jane, baja la espada, soy yo. Estamos juntos de nuevo. -Me acerque pero me hizo un corte en el brazo-Pero que haces?!
Entonces se lanzo a por mi y salte por encima la mesa, para luego agacharme tirándola para hacer de escudo cuando ella lanzo su espada que atravesó la mesa.La punta estaba literalmente a un milímetro de meterse en mi ojo
Salí corriendo de la cocina gritando
-¡Alex eh encontrado a Jane! ¡Pero esta loca!
Mi hermana corrió y me quede contra la pared de salida que no podía abrir  me gire mirándola y rugió tirando una vez mas su espada, tire la cabeza hacia un lado y su espada se clavo a un pelo de atravesarme el cuello
Saque mi espada apuntándole
-No quiero luchar contra ti...Por favor para.-Un rugido fue su contestación.-Para!
Alex apareció corriendo saliendo de una puerta y se quedo de piedra mirándonos
-¿Quien es...?
-¡Mi hermana!
-¡Dijiste que estaba muerta! Es un Venti Jace, toman la forma de lo que quieren, no es ella, tienes que enfrentarte! -Dijo sacando su espada
-No lo es...No es un Venti es ella. Y si lo fuera, no quiero que luches. Lo haré yo solo.
Y me lance contra mi hermana luchando y parando sus estocadas. Fue duro y difícil, una batalla que estaba costando. Me hizo un corte en la muñeca haciendo que soltase la espada y me miro fríamente
-Quieta-Levante las manos en señal de rendición-No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.
Y vino corriendo a por mi, tirándome contra una pared mientras ahora peleábamos cuerpo a cuerpo, hasta ahora, ella acababa de sacarse una sorpresa del cinturón. Un puñal de oro imperial.
Empezó a clavarlo en la pared porque no paraba de mover la cabeza de un lado a otro esquivando, hasta que se lo arranque y con un gruñido se lo clave en el corazón haciendo que se hiciese polvo ante mi.
Tire el puñal al suelo, el cual también se hizo polvo.
-La mate...-Susurre mirando el polvo-Eh matado a mi hermana...
-Lo siento Jace-Susurro Alex.
Y se fue para ir a traer a los pegasos y a mi amigo aquí.
Clave mi propia espada en el suelo donde estaba el polvo. Aquí dejaba mi espada, aquí dejaría mis ganas de combatir, y a partir de ahora, dejaría de luchar.

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