Capítulo XIII ~ Una solitaria partida de cartas

Una centauro con bata blanca fue la que me dijo que ya podía irme. 
Me habían dado néctar y ambrosía, me habían curado las heridas y vendado las zonas más graves (todo eso conmigo inconsciente).
Ahora me sentía mucho mejor, no estaba lista del todo pero solo quería salir de ese lugar. Pero tan solo al ver el exterior, cambié de idea. Tenía que hablar con....Quirón.
En mi mente surgieron mil ideas locas para no entrar a la Casa Grande, con el caballo humano. Pero no podía evitarlo, era el director.
Me estaba esperando fuera, en el porche, jugando solo a las cartas.
-Veo que estás mejor, Nié- me dijo sin ni siquiera levantar la mirada de su solitaria partida.
-Mmmm...si, después del néctar me encuentro mucho mejor.- dije intentando que las palabras no temblaran, como el resto de mi cuerpo.
-Bueno, no quería hablarte de eso exactamente.
Hizo una pausa, iba a preguntarle de que quería hablarme, pero intuí que lo respondería sin que e preguntara.
-Me han contado que has matado a un perro del infierno solo con una espada...en tu primer día.
-Si, eso me han contado a mi también...
-Hay que ser muy valiente para hacer eso. Tienes potencial Nié, tienes potencial.
No sabía si eso era bueno o malo. No sabía si debía soneír o darle las gracias. Se supone que los que tienen "potencial" emprenden las misionas MÁS peligrosas y eso no me gustaba.
Al final, esbocé una sonrisa nerviosa.
-Sabía que eras diferente en cuanto de vi. Sabes manejar una espada sin que te hayan enseñado, has matado a un perro del infierno tu sola, sabes como defenderte. Eso es bueno.
Bien, al menos me hace cumplidos, a pesar de que me tiemblen las piernas. Sabía que después de esa frase habría un pero, siempre los hay.
-Pero- ¡BINGO- aún no sabemos quien es tu padre o madre divino....Esperemos que te reconozca esta noche en la hoguera.
Reconocerme? Hoguera? Estaba perdiendo el hilo de la conversación pero al parecer Quirón se percató por mi cara desconcertada.
-Sabrás que te han reconocido cuando un signo brillante aparezca sobre tu cabeza.
Y volvió a su partida, como si lo hubiera dejado todo claro. Como pasaron cinco minutos y siguió sin hablar, decidí irme.
-Espera- dijo.
Me giré esperando la mala noticia.
-Buen trabajo.
Y de nuevo, volvió a su cartas.

Besukis :3, Piper McLean 

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