Capítulo IX ~ Me encuentro a un perro en el bosque

Cuando toqué la flor que Alex me había tendido, sentí un cosquilleo por todo el brazo, luego me paralicé. me quedé mirando la flor, no se por que, sabía que eso no era una flor, por algún extraño motivo supe con solo verla que esa era mi arma, agarré el tallo y se transformó en espada, un preciosa espada de plata que relucía. 
-Escojo esta.- le dije a ellas firmemente.
Después Sophie y yo nos fuimos mientras Alex se quedaba para recoger.
-Hola, ya estás aqui!- me dijo Mathew, que me esperaba en la puerta
-Si....ya tengo arma, me siento más segura.
Mathew se ofreció a enseñarme el campamento y yo accedí encantada. Pasamos por todas las cabañas, el comedor, el campo de entrenamiento....y al fin, llegamos al bosque. 
-Que no te intimide la pinta que tiene, la entrada es inofensiva, aqui viven las náyades y los seres de la naturaleza. Si nos adentramos más llegaremos al lugar donde jugamos a la Caza de la Bandera.
-Quiero verlo!-dije
-Nié, no creo que debamos....es mala idea!
-Dijiste que no me intimidara, quier ver el bosque, el corazón del bosque!
-Pero...
Agarré el brazo de Mathew y me adentré en el bosque.
Iba observándolo todo alucinada, había náyades en los lagos de agua cristalina, sátiros corriendo por la hierba verde....era maravilloso!!
Seguí corriendo ignorando los comentarios de Mathew "Mejor volvemos...", "Nié, hay que dar media vuelta", "No, no te metas por ahí!". Hasta que llegué a una parte del bosque más....horrible. Había árboles secos, sombras por todas partes y aullidos. Intenté dar media vuelta pero había más árboles.
-Mathew...nos vamos ya?
No obtuve respuesta
-Mathew!!??- grité más asustada
Tampoco me contestó
-MATHEW!!!!- chillé con todas mis fuerzas, pero nada.
Oí un gruñido, el corazón me iba a mil, respiraba con dificultad.
De repente un enorme perro negro saltó de las sombras (de la nada, más o menos), lo que me hizo gritar mucho más.
-Nié? Donde estás? Que pasa?
Era la voz de Mathew, no le podía ver pero sabía que estaba cerca.
-Mathew! Hay un.......un....PERRO DEL INFIERNO!!!!
Me temblaban las manos, pero sabía que el miedo no me ayudaría aqui, intenté respirar con más normalidad, el corazón me seguía latiendo con fuerza. Cogí mi flor por el tallo y se convirtió en espada. El perro dio un paso para atrás, eso me infundió valor. Pero la fiera ladró, yo le di una estocada como pude en el muslo. Por buena suerte, la pata del animal empezó a sangrar.
-Nié!! Donde estás!!??- gritaba Mathew
Noté que ya no temblaba, ahora sabía lo que tenía que hacer. Mis piernas se movían solas esquivando zarpazos y mordiscos, mi mano agarraba la espada firmemente atacando al animal con firmeza. Ya no tenía miedo, sabía que podía hacerlo. Al fin, agarré la espada con las dos manos y le di una apuñalada en el pecho al tiempo que el animal me mordió el brazo. El perro calló al suelo, muerto, sangraba por la pata, la espalda y el pecho. Unos segundos después explotó en polvo dorado.
Sonreí, a pesar del dolor del mordisco, lo había matado. Vi mi brazo, me entraron náuseas, había mucha sangre y un colmillo clavado.
Mathew salió de detrás junto a Norah. Yo me caí de rodillas por puro agotamiento, el brazo seguía sangrando.
-Nié!! Que ha pasado!? Estás sangrando!- dijo Norah con cara de preocupación.
-Habí..había un perro enorme...y...y.....
En ese momento perdí el conocimiento.

Espero que os haya gustado!!
Besukis :3, Piper McLean

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